Thursday, December 25, 2014

Una navidad para recordar


Christmas o Christmas day es la festividad anual para conmemorar el nacimiento del hijo de Dios que generalmente se celebra el 25 de Diciembre y literalmente significa misa de Cristo (Christ’s Mass). Constituye una ocasión especial... el día 24 con una cena diferente, a veces suculenta, se espera el 25, fecha en la cual se acostumbra a entregar regalos.

Algunos consideran que la fecha favorece el gasto y consumo exagerado para calmar las apetencias comerciales del sistema. A mí me complace no solo el aspecto religioso de la celebración, sino también los rituales que la rodean como los arbolitos envueltos en luces y ángeles y los villancicos que resuenan con fuerza a nuestro alrededor.

Los obsequios que nos intercambiamos, colocados con mucha expectativa cerca del árbol de Navidad, usualmente están cargados de gran significación y de un trasfondo sentimental que conmueve. Ese es el caso del presente que he recibido este año. Mi hija ha logrado, después de gran acopio de paciencia, encontrar el último ejemplar de una obra casi perdida de mi tío Benigno Vázquez Rodríguez titulada La Búsqueda, integrada por 15 poemas que representan un enaltecimiento a la espiritualidad, a la amistad desinteresada y al amor sin condiciones. Por eso, esta Navidad ha sido especial, es recuperar algo que creía imposible, es un pequeño libro que a manera de poemario atesora enseñanzas, que en alguna medida, reflejan las vivencias de su autor. En mi modesta opinión, considero que su lectura resulta imprescindible por ayudarlos a ser mejores seres humanos.


Dios tenga en la gloria al tío Benigno por su legado que sin grandes metáforas, escapa a lo meramente literario para ubicarse en el campo de la meditación filosófica: vale la pena vivir, pero inegoístamente.

A continuación transcribo uno de los poemas para el camino que aparece en este libro con la esperanza de que resulte de su agrado, aunque sea a una pequeña minoría, capaz de sensibilizarse con el tema. Y ojalá que su obra ayude a que cada persona aprenda de la flor, capaz de diluir en el viento su tesoro de esencia, en señal de gran desprendimiento.

YO SONRIO

Premio: “La pluma más ágil del mes
Revista “Super”, Enero 1956



Yo sonrío ante el hombre que se cree importante
Porque posee medios de fortuna abundante.



Ante el cretino fatuo que sabio se imagina
Y sufre de una crónica ignorancia supina.



Ante el avaro ciego que en su pasión se olvida
Del breve y transitorio decurso de la vida.



Ante el amigo falso, de ademanes cordiales,
Que prepara en la sombra sus arteros puñales.



Ante el mortal iluso que alardea de fuerte
Porque ignora la trampa que le tiende la Muerte.



Ante los Judas pérfidos que besan la mejilla
Y venden al Maestro, pensando en la escudilla.



Pero me invade un santo fervor
Ante el hombre que sueña contemplando una flor….



O frente a aquel que vuelto de cara hacia el Oriente
Ora al Padre, diciendo: “Señor omnipotente,



Te doy gracias por todas las cosas que has creado
Con amor infinito y desinteresado.



Por la vida preciosa que ingenuo llamo mía
Sabiendo que no es cierto, si no, no moriría.



Por el agua que calma la sed de mi garganta,
Por la luz que disipa la oscuridad que escampa.



Por la tierra fecunda que generosamente
Alimenta en el surco la próvida simiente.



Por el aire sedante de las tardes serenas
Que hace más rica y pura la sangre de mis venas.



Por las claras mañanas, jubilosas y bellas,
Las flores y las aves, el cielo y las estrellas.



Y por todos los dones que nos das cada día
Que si fuera a pagártelos, ¿con qué te pagaría?



Por eso ante la escena del humano extravío,
Sin necias pretensiones, tristemente sonrío.



Ante el mortal iluso que se cree importante
Porque posee medios de fortuna abundante.



Pues si fuera a pagarte, Señor ¿Cómo podría?
¡Si son tantos los bienes que nos das cada día!.....


 Benigno Vázquez Rodríguez

Sunday, September 28, 2014

Otra vez el mar

Fort  Myers Beach
 
Cual niños ansiosos esperamos estas vacaciones, salimos el 1 de septiembre como si quisiéramos atrapar el tiempo y ser los primeros en llegar. Devoramos el camino a través de los Everglades, asustadizos en ocasiones pensando que estábamos violando el hábitat natural de los cocodrilos. Lo esplendoroso del panorama acortó el tiempo, Claude Monet y Edouard Manet podrían haber superado con creces sus pinturas impresionistas si hubieran disfrutado de este paisaje.

Gaviotas en el mar

A las 3 pm arribamos al hotel Gullwing y casi acogidos en alas de gaviotas nos sentimos transportados hasta la habitación 805. A todos nos sorprendió gratamente la vista al mar, el cual a veces sereno y a ratos proceloso se mostraba ante nosotros y donde bandos de gaviotas revoloteaban y pelícanos hambrientos se hacían de sus presas. Me conmovió percibir la alegría de Ne y Er al contemplar, desde su cuarto, la majestuosidad de la playa con su blanca arena... Es un lugar que atrapa, que te seduce, que te cautiva y te invita a repetir visita de manera adictiva. Los empleados son solícitos, bondadosos y gentiles, de manera que todo aquí conspira para que respires a perfección, amor y excelencia. Cuando te alejas del balcón y piensas que vas a perder la vista, tienes la imagen de la bahía en toda su extensión. Y entonces otra vez el mar...

Desde la ventana

Nos deslumbraron los rayos multicolores de las puestas de sol, los reflejos luminosos del plenilunio y la paz de los amaneceres. Fue muy estimulante recibir la visita de Jose, Dessi y Nikola que trajeron consigo ese mensaje de una amistad que se fortifica con el tiempo.

Atardecer

De los lugares visitados nos acogió estupendamente el restaurante Junkanoo a orillas del mar, que en un susurro, nos convidaba a quedarnos. El restaurante griego Plaka, a escasos pasos del muelle, nos permitió disfrutar de unas sabrosas baklavas.

Un pedacito de Grecia

Por primera vez en mi vida, un poco con miedo, probé un sushi en el restaurant Zuchi zuchi. Todas estas visitas por restaurantes con comidas de diferentes situaciones geográficas, me produjo la ilusión de, como viajero inmóvil, haber recorrido innumerables países.

Mi esposa con un sushi de Salmón

Fue emocionante la visita a la reserva natural de Matanzas Pass Preserve, cuyo nombre evoca la tierra donde nací. Allí disfrutamos de una vegetación exuberante... todas las plantas exóticas han sido removidas y se dejaron solo las nativas para mejor conservación. Serán inolvidables los paseos en bicicleta de más de 7 kilómetros donde yo con aire atlético pude llegar a la meta.

Matanzas Pass Preserve

Recordaré las cenas preparadas por mi esposa con tanto amor y sabor, servidas en el balcón de los sueños. Y qué decir del olor de los BBQ preparados por Erlis a orillas de la piscina. Estarán siempre conmigo los momentos de los encuentros de tenis donde Nélida y yo tratábamos de estar a la altura de los más jóvenes, recordando a nuestro Alfred Jr. pues es su deporte favorito. Me impresionó también asistir al cine local para ver Boyhood, una película cuya trama te conmueve y donde paralelamente se disfruta de una cena pues es un cine/bistró. Resultó atractivo y emocionante ver alejarse en el mar a Ne y Er navegando en veloces jet skis hacia una corona de delfines.

Aventura de Ne y Er

Como colofón el día de mi cumple almorzamos en Flippers on the Bay, un lugar que estimula todos los sentidos, desde la vista hasta el gusto y para colmo después de tanta belleza y buena comida, esa complicidad del clima siempre a favor con ese sol radiante y ese murmullo del mar que acaricia tus oídos. La felicitación de Anne y Adri, así como la de otras amistades constituyeron un eslabón más de regocijo.

Flippers on the Bay

Aquí, recordé a Rabindranath Tagore cuando dijo: "Las nubes no vienen a mi vida como presagio de lluvia, sino para dar color a los atardeceres". Por eso permítanme un mensaje sibilino: si quieres disfrutar de un ambiente paradisíaco en un clima excepcional debes intentar venir a este lugar de maravillas.

Hasta pronto...

A nosotros ya siempre nos quedará el recuerdo de Fort Myers Beach como expresión de una estancia, que ya se antoja ser, sempiternamente memorable.